sábado, 28 de febrero de 2009

Del desamor, corazones rotos y otras barbaridades


Mucha gente dice que amar significa sufrir, que en el amor siempre se llora y se sufre; como si fuera la ley fundamental para cualquiera que desee formar parte del reino del amor.

Pero creo que esa poco acertada ley, puede convertirse en una enfermedad. García Márquez acertadamente dice: "el reino del amor no es para los débiles" y yo agregaría: ni para los estúpidos, ni para los adolescentes.

La verdad es que estamos acostumbrados a amar de forma enfermiza, hablamos a cada instante, para asegurar fidelidad, para que nos digan Te amo. Y casi siempre pensamos (sobre todo las mujeres) que esa persona es el amor de nuestra vida y comenzamos a imaginar un futuro con esa persona, lleno de corazones y querubines rosados.

Admito que muchas veces he amado enfermizamente, con ganas de cachetearme y mentarme la madre seis veces; lo peor del caso es que uno mismo cava su propia tumba, nuestras relaciones terminan de manera desastroza, juramos y perjuramos que jamás vamos a tener otra relación y le deseamos la peor de las muertes al ser que nos abandonó.

En cunclusión los seres humanos no sabemos amar, creemos estar amando cuando nisiquiera hemos pasado la etapa del enamoramiento; no existen príncipes ni princesas; sólo hay seres humanos que están aprendiendo amar, capaces de equivocarnos una y otra vez.

El chiste es no querer tanto, no creer que la otra persona está para servirnos o que él o ella será el medio para realizarnos como seres humanos.

Creo en el amor en la medida que somos capaces de aceptar al otro, en la medida que entendemos que el otro no piensa como nosotros y sobre todo el estar dispuestos a construir un camino juntos; en igualdad de decisiones y con el compromiso de permanecer juntos el tiempo que sea necesario, pero que sea tiempo de calidad.


Prometo fielmente no amar de manera enfermiza, dejaré que el tiempo pase y ya veré lo que traé.


(me estoy refiriendo al amor de pareja, no al materno, ni al amor de uno mismo)

martes, 24 de febrero de 2009

Negocio

Doy mi imperio por recuperar todas las cartas de amor que escribí en la Secundaria y sobre todo por recuperar las que me dieron.
¡Señor de la basura, es el negocio de su vida!

Mis canciones favoritas


(El orden de aparición no refleja el grado de preferencia)
1. Amor de mis amores (Margarita, la diosa de la cumbia)
2. La puerta negra (un día la bailé, no sé por qué y me gustó, la canción, por supuesto, no el baile apretadito)
3. El ladrón (ven, ven, ven ladronzuelo ven)
4. Moliendo café (me imagino que el zambo Manuel es muy guapo)
5. La boa (de la internacional Sonora Santanera) ¡hey, la boa!
6. Que bello (mi sueño en la vida es bailarla)
7. El perro negro (yo seré Don Julián)
8. El oso carpintero (¡que historia tan triste!)
9. Desaparecidos (que alguien me diga si ha visto a mi esposo)
10. La llorona (en sus tantas versiones, yo prefiero la de Oscar Chávez)
11. Fuera del mundo (¡uuh, el Caifan mayor!)
12. 17 años (me intriga saber cuán perfecto es ese hombre, para criticar a la pobre jovencita inexperta)
13. Te amaré toda la vida (¡sí! Si soy romántica ¿y?)
14. Perfume de gardenias (tu cuerpo es una copia de Venussssssss)
15. El caballo blanco (porque viene en los libros de texto de la SEP)
16. El caballa bayo (de Chayito Valdéz)
17. Payaso (el momento cumbre de la canción es cuando se escucha la risa terrorífica del payaso)
18. El Noa-noa (Juanga es la ley)
19. El chaparrito de California (la escuché una vez mientras yo daba vueltas en triciclo y jamás la volví a escuchar)
20. Que se pongan botas, que se quiten tenis (sáquenle lumbre, muchachos a esas botas)
21. Ni que valieras tanto (pa´ cuando estoy ardida)
22. Don diablo (Te agarra, muy suavementeeee)
23. Por mujeres como tú (de Pepe Aguilar)
24. Caballo bronco (tengo fijación con los caballos)
25. La culebra (oye José, ven pa´ acá)

martes, 17 de febrero de 2009

20 razones por las que no sería hombre

1.- porque no me gusta el cabello corto
2.- porque no hay mucha ropa para escoger
3.- porque tendría que ceder el lugar en el metro
4.- porque tenría que ir a sacar la bola para el servicio militar y si me toca ¡peor!
5.- porque tendría "esa plática" obligatoria con mi padre
6.- porque tendría que haber empezado a trabajar desde hace 4 años, por ejemplo.
7.- porque tendría que aprender cuestiones de mecánica y electrónica.
8.- porque tendría que acompañar a mis hermanas a fiestas, reuniones y demás para cuidarlas.
9.- porque tendría que bajarme del camión a que me "pasen báscula" cuando hay operativos en la carretera.
10.- porque tendría que buscar una mujer que sea mi novia, porque si estuviera soltero se dirían cosas de mí.
11.- porque si tuviera novia tendría que ir por ella a dónde sea y llevarla a su casa aunque sean las mil ocho mil de la noche.
12.- porque tendría que pagar siempre que saliera con una mujer.
13 porque tendría que independizarme de mis padres lo más antes posible.
14.- porque sería el último en ser salvado en una catástrofe.
15.- porque tendría que ir como mi mejor cara a pedir la mano de mi novia.
16.- porque tendría que pagar la boda. incluido el vestido de novia.
17.- porque tendría que encontrar un empleo pronto.
18.- porque tendría que hacerme cargo de los gastos de la casa y la familia.
19.- porque si sintiera "cierta sensación" no podría ocultarlo.
20.- porque estaría incluido en las dedicatorias de las canciones de Paquita la del Barrio.

sábado, 14 de febrero de 2009

Cosas que no sé hacer

1. No sé cocinar
2. No sé planchar la ropa
3. No sé leer El Universal
4. No sé hacer trenzas
5. No sé peinarme
6. No sé cortar una naranja
10. No sé escoger las frutas y verduras en el mercado
11. No sé hablar francés
12. No sé andar en bicicleta
13. No sé patinar
14. No sé comer mango manila

jueves, 12 de febrero de 2009

Por si te pierdo un día de estos

Mi mamá siempre me decía que esas cosas se tienen que hacer con la persona a la que más amas.
Mi abuela materna siempre me recomendó mantener las piernas cerradas hasta que fuera tiempo.
Mi abuela paterna jamás pudo recomendarme nada, ella se había entregado al placer y a la lujuria, desde muy chica; hasta el Demonio había pasado por su cama. Su pretexto, a su vida precóz, siempre fue la soledad.
Mi grillito siempre me dijo que estas mujeres eran sabias.
Pero la verdad es que a mí se me antojaba, escuchaba a mis amigas hablar de cómo lo disfrutaban y cómo aquél momento de "extasis", era tan parecido al cielo.
Una vez, un niño en la Secundaria me propuso desvirgarme; porque según él me admiraba; jamás entendí cuál era el sentido de su propuesta.
No acepté, por supuesto.
Pasaron los años y conservé mi tesorito intacto...
Ahora pienso en el momento en que llegue a regalar mi cuerpecito a un hombre. No sé si sea antes de casarme (ni siquiera sé si me case) o un momento de rebeldía tratando de mandar al carajo a mi moral.
No sé si será aquí, sobre un sillón o en una cama. No sé si lo haga en Febrero o en Junio. No sé si lo quiero hacer en mi tierra o en Nigeria; sólo espero que esté sobria.
Pienso en el momento en que un hombre me arranque las ropas y yo aturdida por el calor, me ponga flojita.
Sólo te pido algunas cosas para ese momento:
Por favor, no me lleves a un hotel, a menos de que ya sea tu esposa y menos a los dos hoteles que rodean la calle de mi casa, no vaya a vernos mi tía Gabriela y le cuente el chisme a las víboras.
También no olvides que seré una novata, ¡No seas bruto! y ten compasión de mi vagina que no acepta tan fácilmente a intrusos.
Veo la esecena claramente, el acto, en mi mente pasarán los más grandes discursos de las matriarcas de mi famila, veré a Doña Juana diciéndome ¡pídele a Dios, que no lo gozes! y a Doña Ignacia difrutar de la escena, mientras me recuerda las más estrictas reglas con las que me crió.
No sé si sea un momento gozoso o te maldiga tres veces por el dolor que me provocarás.
Cuando terminemos talvez llore, te habrás ganado un lugar en mi memoria por siempre. Quizá también no pueda ni sentarme, me intriga saber si caminaré con las piernas abiertas, como si me acabara de bajar del caballo o en el peor de los casos se me ananchen las caderas y el cuerpo se me haga de señora, como dicen las malas lenguas.
Espero que no me arrepienta, espero no quedar con premio, espero que Dios no me castigue y que mi grillito no me abandone.
Y lo más importante, espero que nadie me diga ¡Ah, ya te hizo mujer! (¿acaso nací siendo hombre?).
P.D. Querida virginidad: si lo hago por primera vez, ya estando casada, no te olvides de dejar tu marca, que tal que mi marido no me creé que es el primero, que tal que me regresa a mi casa y mi papá pierde su dote.